Durante los cien años de andadura del C.D. Galdakao, han pasado muchos futbolistas históricos por el club pero el primero que dejó huella fue José Iraragorri, que tras militar en el Elexalde, no tardó en fichar por el Athletic, lo que le permitió disputar el Mundial de 1934. De hecho, Iraragorri anotó el que fue el primer gol de España en un Campeonato del Mundo, y lo hizo ante Brasil, al que el combinado estatal ganó por 3-1 en la que ha sido la única victoria cosechada ante esta selección en una cita mundialista (foto derecha). Iraragorri, que en el cuadro rojiblanco coincidió con otro histórico del pueblo como era Mandaluniz, también formaría parte de la selección de Euskadi y brilló en América, sobre todo en el club España de México, aunque también compitió con el San Lorenzo de Almagro argentino. Allí tuvo como compañero a otro mito, como es Ángel Zubieta, quien quedó campeón de la liga de Argentina con el citado San Lorenzo, que, a mediados de los cuarenta, cuando Ángel ejercía de capitán, era considerado el equipo más potente del planeta. Asimismo, Zubieta, cuyo hermano Santi jugó en Primera con el Racing de Santander; aún ostenta la marca que le acredita como el futbolista más joven en debutar con la selección de España absoluta. En concreto, lo hizo el 24 de abril de 1936, cuando contaba sólo 17 años y 9 meses de edad. Ese día, el cuadro estatal perdió por 1-0 en Praga ante Checoslovaquia y diez años después, el 23 de junio de 1946, otro galdakoztarra, en concreto Juan Jugo, se estrenaba como internacional en Madrid (España, 0; Irlanda, 1).
Más curioso resulta lo de otro futbolista de los años cuarenta, como es el caso de Perico Apellaniz, que compaginó su actividad en el club “dinamitero” con el lanzamiento de jabalina, una especialidad que se le daba especialmente bien, hasta el punto de que tomó parte en los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres y conservó el record de España desde 1948 hasta 1960, con un mejor lanzamiento de 63,62 metros.
Un poco más tarde, nos encontramos con un ex del Galdakao, como es Víctor Díez, quien el 3 de abril de 1966 conquista la liga española como miembro del Atlético de Madrid al ganar por 0-2 al Espanyol en el campo de Sarriá. El presidente de la Federación Española de fútbol, Ángel María Villar, también militó en el equipo de Santa Bárbara, aunque lo cierto es que su presencia fue efímera, ya que sólo jugó en la temporada 1968/69 y no llegó a acabar el curso, dado que en abril se marchó al Ge-txo. Entre sus actuaciones destacan la firmada ante el Lutxana, ante el que marcó tres goles en un choque que concluyó con empate a cuatro.
Durante esta temporada, Villar pudo conocer a Ángel Arrieta “Pelikán”, utillero, cuidador del campo y quien se pasó toda la trabajando para el club. De hecho, no dudaba en tirarse al río a buscar los balones, al igual que hacía Carburo, un masajista al que vieron entrar al agua incluso nevando. A “Pelikán” le sucedió Eusebio Alevia “el sheriff”, que estuvo en el cargo durante 23 años, mientras que a la hora de animar, los veteranos siempre destacan a Ares y a Telesforo Ugarriza “Kinto”.
Por otro lado, Pedro Mari Uribarri, siendo entrenador, condujo al Sabadell hasta la Primera División en el ejercicio 1985/86, lo cual supuso toda una gesta para el conjunto catalán y para finalizar, vemos cómo en 1994, Aitor Iru, que entonces milita en el Compostela, se convierte en el último jugador salido de la cantera de Santa Bárbara en debutar en Primera División.